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Malnutrición en adultos mayores en entornos ambulatorios y clínicos controlados

Por: Alianza Alimentación con Propósito

A medida que las personas envejecen, podrían llegar a enfrentar desafíos nutricionales únicos, como la pérdida de apetito, problemas de masticación o deglución, enfermedades crónicas y la toma de múltiples medicamentos; factores que influyen directamente en su salud física. De hecho, la Encuesta de Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE) reportó una prevalencia de malnutrición del 65,7 %, incluyendo un déficit de peso del 2,8 % en este grupo etario, afectando su calidad de vida y su vejez saludable.

En ese sentido, es fundamental enfatizar la importancia de llevar a cabo un adecuado manejo nutricional, que dentro de sus múltiples beneficios incluyen la mejora significativa de la independencia funcional en adultos mayores. Esto se logra al fortalecer la masa muscular, mejorar la movilidad y potenciar la capacidad cognitiva, permitiéndoles llevar a cabo sus actividades diarias de manera autónoma. De igual forma, previene la pérdida involuntaria de masa muscular esquelética, que suele producirse con el envejecimiento, traduciéndose en una vida saludable y activa en la tercera edad. Además, contribuye de manera significativa a gestionar enfermedades crónicas comunes en el proceso de envejecimiento, como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.

En Colombia, los adultos mayores representan aproximadamente el 14,4 % de la población total del país. Sin embargo, la prevalencia de la desnutrición en este grupo varía significativamente según el entorno. Estudios han revelado que al menos uno de cada tres adultos mayores en el país sufre de malnutrición, aumentando esta cifra al 15% en pacientes ambulatorios y alcanzando incluso una prevalencia que oscila entre el 25% y el 60% en los ancianos hospitalizados. En términos generales, se ha podido concluir que la desnutrición en personas mayores se atribuye a cinco factores principales: cambios fisiológicos asociados al envejecimiento, alteraciones en el equilibrio hormonal y en los mediadores plasmáticos, la presencia de enfermedades crónicas, problemas psicológicos y factores ambientales específicos.

En este sentido, dado el aumento en las cifras de incidencia en entornos clínicos, esto podría traducirse en un aumento de las tasas de mortalidad, una prolongación de las hospitalizaciones, mayores tasas de readmisiones clínicas y un aumento de los costos de atención médica, sin pasar por alto el impacto significativo que esto tiene en la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores. La desnutrición proteico-calórica en los adultos mayores es la causa más frecuente de muerte por desnutrición, seguida de las anemias nutricionales. Los factores asociados a la malnutrición en adultos mayores incluyen niveles socioeconómicos bajos, problemas de salud crónicos, falta de apoyo social y limitaciones físicas.

El envejecimiento de la población es un fenómeno global que está transformando la estructura demográfica de muchos países, por lo que a medida que la esperanza de vida aumenta, el desarrollo en la atención a la salud y la calidad de vida de los adultos mayores se convierten en temas de creciente importancia.

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